Periodismo y periodistas (serie de varios artículos)

No es nuevo lo de que el periodismo atraviesa, en estos momentos, la crisis más grave de su historia. No es nuevo, luego no es noticia. Pero quizá merece la pena prestarle atención por lo que podamos llegar a perder sin haber sido conscientes de ello.

En cuanto a pérdida de empleo es evidente que la profesión está atravesando un camino invadido de cactus con muchas pinchas y poca agua, y en el que el horizonte no se atisba nada claro. Desde que estalló la mal llamada crisis económica 10.081 profesionales se han quedado sin trabajo (1).

Al menos 440 personas han perdido su

empleo en un medio de comunicación regional

En Murcia, en este sentido, el caso más sangrante hasta el momento ha sido el de la televisión autonómica: más de 300 puestos de trabajo destruidos y un sector productivo, el audiovisual, aniquilado. Aniquilado, sí, porque básicamente ese sector (mal defendido desde las instituciones públicas) estaba basado y era dependiente exclusivamente del canal regional. Una televisión autonómica utilizada primero como aparato y altavoz político para después ser usada como argumento para hacer una defensa demagógica del ahorro. Ahorro, por cierto, que no es tal. Pero eso es harina de otro costal. Poco antes que 7RM (que ahora intenta renacer con una oferta de contenidos muy alejada del servicio público que debe cumplir) cerraba La Verdad tv, dejando en la calle a 16 personas. La televisión murciana (TVM), grupo que también editaba el diario Nueva Línea, despedía a 25 trabajadores. Mismo camino que siguieron en La Opinión tv, donde entre el cierre y el adelgazamiento del periódico se han destruido 28 puestos de trabajo. También hemos visto en esta Región de aeropuertos cerrados y parques de atracciones desérticos cómo algunos diarios echaban la persiana, El Faro de Murcia, dejando otros 50 despidos. Y cómo ha ido adelgazando en información y extensión (y, por consiguiente, en número de profesionales) el buque insignia en cuanto a información de esta Región: La Verdad. En las radios, Punto Radio cerró hace tiempo y supuso 6 despidos. Cadena SER ha afrontado un ERE que ha dejado en la calle a otros 15 profesionales (2); y ahora le ha llegado el turno a Onda Regional. La emisora pública está inmersa en estos momentos en un proceso de negociación por un Expediente de Regulación de Empleo que pretende dejar en la calle a 22 profesionales, lo que según el Comité de Empresa de la emisora va a suponer el fin del servicio público de una radio que cuenta con un fuerte arraigo entre la sociedad murciana, muy al contrario de  lo que lamentablemente ocurre con  7 Región de Murcia, segunda pata del cuerpo público en lo tocante a medios de comunicación.

Es innegable que, como en lo inmobiliario, también en lo mediático se vivió dentro de una burbuja. Otra vez un eufemismo para definir la situación. No fueron uno ni dos los medios que nacieron al calor de grandes empresas relacionadas de algún modo con la rica parcela de la construcción. Y como un castillo de naipes, conforme esas empresas han ido cayendo (y destruyendo puestos de trabajo que ya son irrecuperables) también lo han hecho los medios de comunicación que recibían sustento de ellas. Este, obviamente, no es el único argumento que sirve para explicar el estado que atraviesa la profesión. Descenso acusado de ingresos por publicidad en los medios tradicionales (no así en Internet), menos ventas en el caso de la prensa escrita, y un último argumento capital: pérdida de credibilidad entre los lectores. Todo ello resulta clave para entender el nacimiento de nuevas cabeceras que se mueven a mitad de camino entre la publicación digital y el papel.

Y es que el presente del periodismo -es ya una realidad latente- pasa por la esfera digital. Será ahí donde se juegue el futuro de la profesión en los próximos años. A pesar de lo que dice el multimillonario y peso pesado en la materia Juan Luis Cebrián sobre esto (3), aún sigue muy consolidado el hábito de ir al kiosco para comprar el diario, pero esa tendencia -que dudo vaya a acabar nunca- sí irá cambiando, y de hecho ya lo estamos contemplando. Especialmente porque las nuevas generaciones están siendo educadas en esos entornos digitales, lo que evidentemente va a tener una influencia notable para justificar ese rumbo. Conforme sean esas nuevas generaciones quienes vayan convirtiéndose en usuarios de la información el cambio se irá haciendo más visible. Otros argumentos como son un precio ligeramente más reducido, la interacción directa y rápida con quien emite la información o la comodidad de poder leer varios periódicos en una sola pantalla son justificaciones que sirven para hacer de cemento base de esta tesis que es la más extendida entre quienes analizan a diario el futuro de la profesión.

Más te vale no estudiar periodismo, hijo

Decíamos al término  del tercer párrafo que quizá lo más preocupante en cuanto al periodismo no es ya la escandalosa pérdida de puestos de trabajo (que, evidentemente, también), sino su pérdida de credibilidad. No olvidemos que en el último barómetro de marzo del CIS la de periodista era la segunda profesión peor valorada por los españoles. Era, además, el segundo oficio que los padres menos recomendarían a su hijo para que estudie en un futuro (4). Un toque de atención claro y bastante gráfico de que, al margen del desértico escenario laboral, cada vez resultamos menos creíbles, lo que supone correr el riesgo (ya existente) de parecer prescindibles. Pero nada más lejos de la realidad.

Lo dejo aquí, pero prometo continuar. Periodismo y periodistas, aún queda mucho sobre lo que escribir.

FUENTES:

– (1) Datos extraídos del Observatorio de la crisis de FAPE

– (2) Cifra facilitada por el Colegio de Periodistas de Murcia.

– (3) http://www.jotdown.es/2012/04/juan-luis-cebrian-la-crisis-de-la-prensa-al-igual-que-la-financiera-no-es-una-crisis-es-un-cambio-de-paradigma/

– (4) http://datos.cis.es/pdf/Es2981mar_A.pdf